Un jardín, un patio e incluso la terraza de un bar o un restaurante, requieren de cierta privacidad. Es cierto que estos espacios se pueden delimitar con muros, vallas metálicas u otros materiales artificiales, pero no nos negaréis que un cierre con material natural es mucho más bonito e incluso ecológico. Por ello, hoy vamos a hablar de las ventajas de los cerramientos naturales para jardín.
Los cerramientos naturales: un lujo al alcance de todos los bolsillos
Evidentemente, existen muchas formas y estilos para llevar a cabo el cerramiento de un jardín o una terraza con materiales naturales. Lo más sencillo es usar árboles o setos y, si lo que tenemos es un muro, se puede cubrir con una hiedra y el resultado puede ser estupendo, no lo negamos. Pero su inconveniente es su mantenimiento: las plantas son seres vivos y dan trabajo. Por otra parte, a veces no resulta posible usar un cierre fijo.
Materiales económicos
Podéis pensar que un cerramiento de bambú o brezo es caro, nada más lejos de la realidad. La relación calidad precio de estos materiales es inmejorable. Evidentemente, no duran tanto como un muro de piedra o ladrillo, pero su vida útil es muy larga.
Contribuyen a defender el medio ambiente
Como son productos vegetales naturales, al desecharlos no generan ningún tipo de contaminación, son biodegradables. Además, este tipo de cerramientos suelen estar acompañados de plantas, arbustos o flores naturales que contribuyen a reducir la contaminación eliminando el dióxido de carbono del aire en la zona cercana a nuestro jardín.
Este tipo de cierres son especialmente adecuados tanto para los espacios más pequeños: un balcón de un piso, una azotea, la terraza de un establecimiento público, como para perímetros mayores. Los cerramientos naturales aportan no solo privacidad, si no que también dan calidez y la sensación de hallarnos en un medio natural.
Tipos de materiales naturales
Una peculiaridad del bambú, del brezo, del cañizo o del mimbre, es que son materiales que podemos encontrar en nuestro país. No es necesario importarlos, con lo que reducimos la huella de carbono.
- Bambú: no es una planta oriunda de Europa, podemos encontrarla aquí de cultivo. Existen hasta 1400 especies y es muy utilizada en sectores económicos tan diversos como la alimentación, el textil o la decoración. Una de sus características biológicas es su rápido crecimiento y está demostrado que se trata de un material muy resistente. Buena prueba de ello es que en muchas partes de Asia los andamios para la construcción son de este material: barato, resistente, flexible y ligero.
- Brezo: en los bosques españoles nos podemos encontrar con varias especies de esta planta arbustiva y de hoja perenne. Tradicionalmente se ha usado para hacer escobas y para cubrir tejados debido a su gran resistencia y duración (hasta quince años). Si resiste en un tejado las inclemencias del tiempo, imaginaros en una valla de jardín. Su mayor desventaja es que necesita montarse sobre algo que lo sustente, por lo que es ideal para oscurecer cierres con verjas metálicas.
- Cañizo: abundante en nuestros ríos y tejidas sus cañas entre sí con alambre de acero, es un resistente, ligero, decorativo y precioso cerramiento. Es más, puede complementar el típico vallado con un muro bajo dándole la altura (y privacidad) deseada. Suele presentarse en el mercado de dos maneras: en media caña o en caña entera.
- Mimbre: el natural procede de un arbusto de la familia de los sauces y tradicionalmente se ha usado en cestería y para hacer muebles. Más fino que el cañizo o el bambú, pero igual de resistente, las varillas se cosen entre sí con alambre galvanizado. Es especialmente adecuado para tapar verjas metálicas o balcones y así evitar la curiosidad ajena.
Ventajas de los cerramientos: decoración a medida
Otra de las ventajas asociadas a estos vallados para jardines y balcones tiene que ver con la amplia variedad de sus materiales. Dependiendo de la decoración, estilo e, incluso, colores de nuestra vivienda, podemos optar por un material u otro. Cada material cuenta con una textura, forma y colores únicos, por lo que funcionan mejor en uno u otro ambiente y eso nos permite crear zonas que capten a la perfección nuestra personalidad y estilo de vida.
Recapitulando, estos materiales son: resistentes, ligeros, de gran duración, se presentan a buen precio, son fáciles de colocar y, por último, son muy decorativos y bonitos.
Desde Bricoeasy os animamos a que exploréis las diversas posibilidades que estos materiales os brindan a la hora de realizar vuestro cerramiento para jardín, terraza o balcón. También podéis resolver todas las dudas asociadas a las diferencias entre cerramientos naturales y de PVC en nuestro blog.