Como cada vez ocurre con más frecuencia, el frío ha llegado a nuestras vidas de un día para otro y, a medida que se acercan los meses más fríos, muchas personas tienden a abandonar sus espacios exteriores como terrazas y balcones, reservándolos solo para los días cálidos de primavera y verano. Sin embargo, si quieres aprovecharlos todo el año, solo tienes que hacer algunos cambios para convertir estos espacios en un refugio acogedor y funcional para disfrutar durante todo el invierno. Si tienes ganas de disfrutar de ese espacio, vamos a darte una serie de consejos para aprovechar tu terraza en invierno.
Trucos para decorar terrazas y balcones en invierno
Acristalamiento: una barrera contra el frío
El primer paso para transformar tu terraza en un espacio utilizable en invierno es acristalarla. El acristalamiento no solo ofrece una barrera física contra el frío, el viento y la lluvia, sino que también mejora la eficiencia energética de tu hogar, manteniendo el calor interior y reduciendo la necesidad de poner más tiempo la calefacción.
Opta por cristales dobles o paneles de vidrio templado que proporcionan aislamiento térmico y son suficientemente resistentes para evitar que en las épocas más duras del invierno la terraza sea intransitable. Hay muchísimos tipos de cristales y ventanas que podrías usar pero, a día de hoy, las ventanas de PVC con doble o triple cristal suelen ser los que aíslan mejor de la temperatura y el ruido.
Pon calefacción
Una vez que has montado una estructura acristalada para retener el calor, el siguiente paso es seleccionar una fuente de calefacción adecuada. Los calefactores eléctricos de pared o los radiadores son opciones que se suelen usar mucho en esta clase de espacios, ya que son eficientes, no ocupan mucho espacio y pueden montarse en paredes o techos para aprovechar al máximo el espacio útil de la terraza. Estos sistemas pueden calentar rápidamente la zona evitando los riesgos de los calefactores de gas, haciéndolos ideales para espacios cerrados.
Añade un toque de comodidad y confort con césped artificial
Como especialistas en césped artificial, no podíamos evitar la recomendación de que coloquéis un poco de césped artificial de 20mm o 30mm para añadir un toque de verde a la terraza o balcón. A diferencia del césped natural, el césped artificial no requiere mantenimiento durante el invierno y se mantiene en perfecto estado sin importar el clima. Es perfecto para crear un ambiente agradable en el que puedas disfrutar de tu café matutino o simplemente descansar al final del día. Además, el césped artificial es suave al tacto por lo que podrías salir descalzo al balcón por las mañanas.
Elige bien los muebles
Otro punto clave para aprovechar las terrazas y balcones en invierno es elegir muebles que sean resistentes a la intemperie pero que también ofrezcan confort y estilo. Los muebles con estructuras de metal o madera tratada son ideales para exteriores y pueden complementarse con cojines y mantas gruesas que puedes almacenar fácilmente cuando no se usen. También vas a necesitar una pequeña mesa de centro y, si tienes poco espacio, puedes optar por una plegable que puedas guardar cuando no la necesites.
No te olvides de colocar accesorios como luces, guirnaldas o farolillos para crear un ambiente más acogedor. También puedes colocar alguna planta colgada del techo de la terraza o un par de velas que puedes encender durante tus sesiones de lectura en el exterior.
Plantas de invierno
Hace un momento te decíamos que una buena idea era colocar una planta, pero tienes que tener en cuenta que deben ser plantas que sobrevivan sin problemas en un clima invernal. Opciones como el acebo, la ciclamen o incluso pequeños abetos pueden sobrevivir a bajas temperaturas y añadirán un toque de color y vida a tu terraza. Coloca las plantas en macetas que encajen con el estilo de tus muebles y colócalas donde puedan recibir suficiente luz natural.
Con estos consejos, tu terraza se transformará en un espacio funcional durante el invierno. No solo aumentarás el área utilizable de tu casa, sino que también podrás disfrutar del aire libre, incluso en los días más fríos.